Historia
Un camino hacia la sanación integral


Oxiori no es solo un salón de masajes. Es un espacio donde los cuerpos se escuchan, las almas se abrazan y el espíritu se transforma.
Hola, soy Damián Gutiérrez Caballero, desde muy joven, sentí una atracción natural por el arte de sanar con las manos. Aunque la vida me llevó primero por el camino de la informática, una inquietud más profunda me guió de vuelta a mi verdadera vocación: el masaje. A los 20 años, en un momento de vacío personal, redescubrí esa pasión dormida. Encontré el curso perfecto, con la guía exacta y en el instante justo.
Desde entonces, mi deseo de aprender y expandirme no ha hecho más que crecer.
Dar masajes, para mí, es entrar en un trance sagrado, como si atravesara un umbral hacia el Otro Mundo —ese plano celta donde las almas se encuentran—. Es moldear el espíritu a través del cuerpo. Es brindar amor desde las manos.

